Accidentes laborales

Las consecuencias de la Covid-19 en la psicología de los trabajadores

No son pocos los estudios que se han realizado en los últimos meses en relación a la afectación que en todos los campos está suponiendo la pandemia del Covid-19, pero más aún en patologías psicológicas asociadas al mundo laboral.

Los ERTES, las suspensiones, el confinamiento, el teletrabajo etc. han hecho saltar todas las alarmas ya que la población no solo sufre por el miedo al contagio, la enfermedad y la muerte sino también por la posibilidad real de llegar a la pérdida del empleo y a la pobreza absoluta.

El impacto del Covid-19 en la psicología de los trabajadores

 

Pasan los meses y vemos que la pandemia no desaparece, ni el empleo ni la economía se estabilizan, sino que lejos de ello, cada día debemos lidiar con el miedo, el estrés y la ansiedad de lo desconocido, y en muchos casos además con pérdidas personales además de económicas; o con las consecuencias de haberlo padecido en primera persona.

En estos momentos, uno de los principales riesgos a los que se enfrentan las empresas de prevención laboral es la de las afecciones psicológicas por parte de los trabajadores; que tratan por todos los medios de comprender para así poder, en su caso minimizar o paliar, qué es lo que está ocurriendo.

Casi un 50% de las personas encuestadas en España admiten sufrir síntomas entre moderados y agudos de ansiedad, lo cual es devastador, con un índice altísimo (más del 80% de los encuestados) de nerviosismo, irritabilidad, tensión y alteración del sueño de forma habitual.

Todo ello son factores que repercuten de forma negativa en la salud mental, incrementándose el dolor de cabeza, retraso en el comienzo de tareas, ahogos sin esfuerzo físico, agobio, tensión, falta de concentración, elevada susceptibilidad, pérdida de sueño y un sentimiento generalizado de infelicidad.

Todo ello es susceptible de generar un trastorno psicológico a medio plazo en un porcentaje alto de esos trabajadores, si no se gestionan adecuadamente las primeras manifestaciones sintomatológicas y no se interviene sobre ellas.

 A este respecto, se considera fundamental y así se recomienda, realizar evaluaciones pormenorizadas de todas aquellas personas que estén mostrando sintomatología relevante para prevenir consecuencias tanto en su salud mental y física, como en la eficiencia de las organizaciones.

La necesidad de convivir con el virus y el riesgo para la salud propia y ajena, exige que adoptemos medidas de cuidado mutuo y de seguridad que se están traduciendo en cambios muy sustanciales en nuestro día a día que no eran previsibles y a los que nos vamos amoldando de forma más o menos intuitiva.

Estos cambios, están en continua revisión porque la evolución y el curso del virus también varían, por lo que es necesario modificar constantemente las medidas de protección y las restricciones; lo que hace especialmente difícil planificar nuestra rutina y nuestra vida.

Desde hace meses, la enfermedad supone una amenaza continuada a nuestro propio bienestar y seguridad psicológica, ya que la amenaza constante así como todo lo que lleva asociado (crisis económica, distanciamiento social, teletrabajar con toda la familia en casa) pueden suponer una importantísima fuente de estrés.

La exposición prolongada a una situación tan estresante, incierta y excepcional, como es la COVID-19, está generando un desgaste y agotamiento emocional, así como experiencias y síntomas psicológicos muy variados desde la tristeza a la rabia o ansiedad. El mayor riesgo es que su mantenimiento en el tiempo, se está convirtiendo en algo incapacitante.

La OMS ha manifestado que el aislamiento, el distanciamiento físico, el cierre de escuelas y lugares de trabajo, son desafíos que nos afectan, y es natural sentir estrés, ansiedad, miedo y soledad en estos momentos, (25.03.2020) en una rueda de prensa para Europa.

Uno de los colectivos más afectados son los trabajadores sanitarios, que son también uno de los grupos de mayor riesgo ante la actual pandemia (uno de cada 10 infectados en Europa pertenece a ese sector), por lo que la OMS aconsejó medidas para apoyarles psicológicamente en este momento de dificultad.

Entre ellas, cambiar turnos en las posiciones de mayor estrés, incrementar la comunicación entre los equipos de trabajo, contar con personal de equipo psicosocial en los hospitales y asegurarse de que los trabajadores en primera línea tienen amplia experiencia, subrayó la experta en salud mental de la OMS, Aiysha Malik.

Siguiendo con lo anterior, la OMS considera la depresión como una de las principales causas de discapacidad, y dadas las medidas que por este Organismo se han planteado, es por lo que desde Preven Ir se ha puesto de manifiesto la necesidad de emprender acciones desde todos los ámbitos.

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