El trabajo nocturno puede llegar a provocar alteraciones no solo a nivel físico, también psicológico. Por ese motivo, es esencial que desde la empresa se promueva una adecuada higiene del sueño entre aquellos trabajadores que deben realizar turnos de noche.
No hay que olvidar que un descanso insuficiente puede influir de manera negativa en los índices de siniestralidad laboral, al provocar pérdida de atención y problemas de concentración. De ahí que la higiene del sueño deba abordarse en el conjunto de medidas para la prevención de riesgos laborales.
Consecuencias del trabajo nocturno
Biológicamente, el organismo está preparado para descansar de noche y trabajar durante el día. No hay que olvidar que los ciclos vitales están estrechamente relacionados con las horas de luz diurna. Es ese reloj natural que puede verse alterado cuando se trabaja en horarios de noche.
Las consecuencias en el organismo de los horarios de noche se pueden manifestar de formas muy diferentes. Por un lado, en problemas relacionados directamente con el sueño, es decir, insomnio o dificultades para disfrutar de un descanso reparador. Y esta falta de descanso se traducirá en fatiga, somnolencia o irritabilidad.
Pero, además de alterar los patrones del sueño, los horarios nocturnos también afectan a los hábitos alimentarios. Si estos no son los adecuados, se convierten en un factor de riesgo que eleva la posibilidad de sufrir dolencias gastrointestinales, neurológicas y cardiovasculares.
La lista de consecuencias del trabajo de noche puede ser mucho más larga: alteración de las relaciones sociales y familiares por incompatibilidad de horario, trastornos en el humor y el carácter, fatiga crónica, estrés o depresión, problemas de memoria y un aumento de sustancias como alcohol o tabaco.
Evidentemente, el estado físico y mental del trabajador también repercute en el ámbito laboral, de hecho, se puede producir una merma en la productividad y un aumento de los accidentes de trabajo. La necesidad, por tanto, de promover una correcta higiene del sueño en los empleados es fundamental.
Pautas para una correcta higiene del sueño
Una de las directrices básicas de la higiene del sueño es la de respetar los ciclos circadianos de sueño-vigilia. Evidentemente, los horarios de noche, los dificultan, pero desde los servicios de salud laboral de la empresa sí se pueden dar pautas para un buen patrón de descanso en otros sentidos: un horario regular para acostarse y levantarse, evitar alcohol o excitantes, ejercicio diario y bloquear luz y ruido en la habitación son solo algunas recomendaciones.
Pero se puede hacer mucho más para evitar las consecuencias del trabajo en horarios de noche. En ese sentido, desde la propia Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha lanzado diferentes recomendaciones. Por un lado, recomienda que los turnos no superen las ocho horas, aunque deberían ser inferior en promedio a los de trabajadores que realicen su labor durante el día. Por otro, desaconseja las horas extraordinarias y la realización de turnos consecutivos.
Y, dentro de lo que se podrían considerar medidas para fomentar una adecuada higiene del sueño, la OIT también recomienda facilitar a los empleados que trabajen en horario nocturno poder consultar a los servicios de salud de la empresa o facilitar medidas en sus domicilios que mejoren la calidad del reposo, entre otras.
Implementar medidas para mejorar las condiciones de los empleados que realizan su labor en horarios de noche es, por tanto, imprescindible. De hecho, según la propia Organización Internacional del Trabajo, los profesionales de turno de noche pierden 5 años de vida por cada 15 años de trabajo.
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