Llega la primavera y es frecuente la aparición de algunossíntomas físicos y psíquicos debido a las dificultades de adaptación de nuestro organismo a las nuevas condiciones climáticas. Síntomas que nos pueden afectar en nuestro día a día y en concreto en nuestro desarrollo laboral.
El organismo se expone a multitud de cambios, como la variación de las horas de luz o de temperatura, por lo que es frecuente la aparición de lo que popularmente se denomina astenia primaveral. La astenia primaveral es un trastorno adaptativo de carácter leve cuyos síntomas remiten cuando el organismo se adapta a la nueva estación del año.
La crisis climática hace que los cambios de una estación a otra cada vez sean más bruscos, y ello propicia que la aparición de la astenia primaveral vaya en aumento, cosa que puede afectar a muchos trabajadores y, en consecuencia, repercutir en el estado de ánimo y en la productividad. Podríamos hablar de que en la actualidad un tercio de la población ha sufrido astenia primaveral a lo largo de su vida manifestándose de forma más frecuente entre las mujeres.
Los síntomas más frecuentes de la astenia primaveral son:
- Sensación de fatiga generalizada: agotamiento, cansancio y debilidad.
- Somnolencia diurna y falta de apetito.
- Tendencia a la apatía y a la melancolía.
- Cambios frecuentes de humor, irritabilidad, falta de interés y motivación.
- Dificultades de concentración.
Cabe decir que los síntomas manifiestos son de carácter leve y que no impiden el mantenimiento de las obligaciones y rutinas diarias a pesar de que, en ocasiones, implique un esfuerzo subjetivamente importante por parte de los trabajadores.
En el caso de aquellos trabajadores que sufren de mayor predisponibilidad, sensibilidad o bien padecen de algún problema emocional (cuadros de ansiedad, estrés o depresión) es frecuente que los síntomas anteriormente mencionados se puedan ver acentuados.
¿De qué dependerá que los trabajadores padezcan o no astenia primaveral?
Todos acusamos estos cambios primaverales pero que se manifiesten dichos síntomas dependerá de cada individuo y de su adaptación a los mismos.
Entre las posibles causas de la astenia primaveral se encuentra el sedentarismo, el elevado consumo de medicación así como, de sustancias tóxicas (alcohol, café, tabaco…), una alimentación poco saludable, malos hábitos de sueño, estados de ansiedad, estrés o depresión, algunas patologías metabólicas, respiratorias, hepáticas o cardíacas…
En este caso, la prevención puede ser un tratamiento efectivo. Por ello, es importante que comuniquemos a nuestros trabajadores que son necesarios tener y mantener hábitos de vida saludables. Esto les ayudará a combatir la astenia primaveral. Informarles que manteniendo una dieta equilibrada y un horario regular en las comidas y horas de sueño, así como tratar que eliminen las sustancias excitantes y motivarlos a que practiquen el ejercicio físico al aire libre, son algunas de las cosas que pueden prevenir o minimizar los aspectos negativos de la astenia primaveral.
¿Cuánto dura la astenia primaveral?
Es complicado afirmar cuánto duran los síntomas de la astenia primaveral, aunque los expertos coinciden en que, por lo general, sus efectos no se extienden más allá de las dos semanas, que es el tiempo aproximado que necesita nuestro cuerpo para adaptarse a todos estos cambios de horario y de temperatura.
Por ello, es conveniente recordar a nuestros trabajadores que en el caso de que la sensación de cansancio vaya en aumento, persista en el tiempo (varios meses), se identifiquen nuevos síntomas y no existan otros problemas físicos ni psicológicos es recomendable acudir a un profesional especializado, para descartar la posibilidad de cualquier otra patología.