El COVID es una enfermedad que afecta a todos de manera diferente. Mientras que algunas personas lo padecen como si de un simple resfriado se tratase, hay otras que terminan hospitalizadas o incluso no sobreviven a los síntomas. Uno de los efectos que más se ha presenciado en los últimos meses, sobre todo con el alto índice de contagios por la ómicron es el COVID persistente, que suele afectar a un empleado al evitar su reincorporación al trabajo.
Para nadie es secreto que el COVID ha sido uno de los principales problemas y obstáculos que las empresas han tenido que enfrentar en los últimos años. No solo se trata de la cuarentena y el trabajo remoto, sino de los altos índices de bajas y permisos que los empleados están tomando. Esto suele tener varias repercusiones en el desempeño, los ingresos y la estabilidad de la compañía y el empleado. Y ahora con el COVID persistente se ha puesto peor. Te lo contamos.
¿Qué es y cómo se identifica cuando un empleado sufre de COVID persistente?
Mientras que la mayoría de personas logran recuperarse de la COVID-19, son muchos los que quedan aquejados de múltiples efectos residuales. No importa si padecieron la enfermedad de forma leve o grave, a veces la recuperación no es completa y pueden terminar mostrando síntomas crónicos durante semanas e incluso meses luego de haberse enfermado. Muchas personas lo toman como efectos secundarios, pero en realidad se trata del COVID persistente.
El COVID persistente también se conoce como síndrome post-COVID-19 y se puede identificar fácilmente al reconocer la persistencia de síntomas y signos clínicos luego de padecer la enfermedad, los cuales pueden permanecer por más de 12 semanas y no suelen lanzar un diagnóstico claro. En algunos casos, los síntomas pueden provocar una recaída de la enfermedad. Cuando se es empleado en una empresa, padecer de este síndrome puede ser atroz.
Cómo afecta el COVID a un empleado y a las empresas
Sin duda alguna, el COVID persistente ha tenido fuertes repercusiones en prácticamente todo el mercado laboral. Incluso los profesionales de la salud no se han salvado de este inconveniente, ya que ha causado muchas bajas en este campo. Sin embargo, a simple vista parece que no tiene muchos efectos; después de todo, los días de baja los cubre el seguro social y se pueden aprovechar para recuperar energías. Pero la realidad es otra.
Lo principal que se debe considerar es que el COVID persistente es un atentado contra la salud de un empleado. Incluso cuando no han recaído en la enfermedad y los síntomas son esporádicos, estos pueden tener un desempeño reducido y además sufrir de muchas dificultades para ejercer sus tareas. Por no mencionar que, en algunos casos, este padecimiento puede dejar efectos permanentes a nivel pulmonar, neurológico y físico.
En cuanto a las empresas, estas también se ven profundamente afectadas por los efectos del COVID persistente en un empleado. Debido al desempeño reducido, es normal observar como la eficiencia general y los ingresos van decayendo. Además, debido a que las bajas y dificultades para regresar al trabajo debido a esta enfermedad son frecuentes, se convierte en un importante obstáculo para desarrollar actividades. Sin duda, un gran golpe para los ingresos.
¿Qué hacer en caso de COVID?
Ahora que ya hablamos de las consecuencias que puede tener el COVID persistente tanto en la empresa como en un empleado, queremos destacar que, si ya lo padeces, no hay nada que hacer. Sin embargo, es crucial establecer medidas de prevención para evitar otros empleados se contagien y se vuelva un caso peligroso. También hay que tener en cuenta que se trata de un padecimiento que se ha incluido en los riesgos laborales. Por lo que hacer algo es necesario.
Lo mejor es crear ambientes estériles y seguros. En caso de que algún empleado ya sufra de COVID persistente. Se deberá establecer un espacio y las condiciones laborales para que pueda desempeñarse de manera cómoda y sin poner en peligro a otros trabajadores.