Desde el pasado 7 de marzo es obligatorio que empresas con más de 50 empleados dispongan de planes de igualdad. Era el plazo límite establecido por el Real Decreto-ley 6/2019 de medidas urgentes para la garantía de la igualdad de trato y oportunidades en el empleo y la ocupación. Compañías con mayor número de trabajadores ya debían disponer de ellos desde hace tiempo.
Más allá de las sanciones que la normativa imponga por el incumplimiento de la ley, la implantación de planes de igualdad en las empresas se debe hacer por motivos muy diferentes. Esos motivos no son otros que los beneficios que a todos los niveles tiene una nueva cultura empresarial.
Beneficios de los planes de igualdad en las empresas
Más que como una obligación, implantar planes de igualdad en las empresas se debe observar como una inversión de alta rentabilidad. Las ventajas a todos los niveles son muy importantes. De hecho, la lista podría ser muy larga. Vamos a destacar solo las más representativas:
1. Mejora del clima laboral: la igualdad de oportunidades reduce la conflictividad laboral. Este es un punto de partida imprescindible para beneficiarse de todas las ventajas de los planes de igualdad en las empresas.
2. Aumento de la productividad: un mejor ambiente laboral tiene una repercusión directa en la motivación de los empleados. El resultado es una rebaja en el absentismo, una mayor motivación y, por lo tanto, un rendimiento más elevado.
3. Racionalización de horarios y conciliación: los planes de igualdad en las empresas pueden incluir medidas destinadas a establecer horarios más compatibles con la vida familiar y que permitan una mejor gestión del tiempo.
4. Ayuda a retener el talento: el talento es una de las bases de cualquier empresa. Atraerlo y retenerlo no es sencillo, pero los planes de igualdad pueden contribuir a ello. La posibilidad de promoción y ascenso en las mismas condiciones que otros trabajadores, un mejor ambiente laboral y conciliación siempre se tendrán en cuenta.
5. Acceso a ayudas, subvenciones y contratación en el sector público: en cualquiera de estas cuestiones se puede exigir que se hayan implementado los planes de igualdad en las empresas. No haberlo hecho supone perder oportunidades.
6. Mejora de la reputación de la empresa y del prestigio social: a la hora de tratar con proveedores y clientes, los planes de igualdad en las empresas son un signo de responsabilidad y de adecuación a la normativa. Se transmite una imagen más positiva y seria que otorga ventaja competitiva.
7. Acceso a distintivos: los planes de igualdad en las empresas abren la puerta a la obtención del Distintivo de Igualdad. Este es un sello oficial que solo se concede a aquellas compañías que han mostrado un compromiso real en materia de igualdad. Además de prestigio, es un factor clave a la hora de atraer talento y también de obtener licitaciones públicas.
8. Evita sanciones: no tener implantados planes de igualdad en las empresas supone exponerse a ser sancionados con multas cuantiosas por parte de la autoridad laboral.
La importancia de no quedarse atrás
Dejando a un lado el riesgo de recibir una sanción, la implementación de planes de igualdad en las empresas que no disponen aún de ellos debería ser una medida prioritaria por una cuestión de competitividad. Sobre todo en las circunstancias actuales, perder ventaja en ese sentido puede acarrear serias consecuencias.
No hay que olvidar que el capital humano es lo más importante que tienen las empresas, lo que las hace funcionar. Una plantilla satisfecha con las condiciones laborales en todos los sentidos es una plantilla que trabajará al máximo rendimiento y esta cuestión, al final, tiene una repercusión importante en la productividad y en los beneficios.